Expedición Patagonia Liveaboards: Estrecho de Magallanes 2022

Foca Leopardo descansando en las costas del Seno Ballena

Empezamos este 2022 de la manera que más nos gusta, hacía ya un tiempo que veníamos suspendiendo y reagendando expediciones pero entre el 6 y el 10 de enero ni el clima ni el COVID pudieron aguarnos la fiesta.

Como parte de nuestro proyecto Patagonia Liveaboards, desde el mes de abril de 2021 veníamos trabajando junto con Kip Evans, documentalista de NatGeo, Líder de Expediciones de Mission Blue y miembro de The Explorer’s Club en un viaje privado a descubrir las profundidades y sobrecogedores paisajes de los fiordos patagónicos. En esta ocasión la ruta elegida fue al Parque Marino Francisco Coloane en el Estrecho de Magallanes, zona que hemos recorrido y explorado en varias oportunidades y que según nuestra experiencia, tiene buceos increíbles rodeados de bosques de algas gigantes (Macrocystis pyrifera), corales rojos de agua fría (Errina antarctica) entre una gran variedad de especies bentónicas y una serie de grandes mamíferos marinos como la Ballena Jorobada (Megaptera novaengliae), el lobo fino Austral (Arctocephalus australis) y el Delfín Austral (Lagenorhynchus australis). En superficie vemos gran variedad de aves marinas como los albatros de ceja negra (Thalassarche melanophrys), petreles gigantes (Macronectes giganteus) e incluso cóndores andinos (Vultur gryphus).

Monumento al Piloto Luis Pardo Villalón en Costanera de Punta Arenas

Embarcamos pocos kilómetros al sur de Punta Arenas y comenzamos la navegación durante la noche para cruzar Cabo Froward (el punto más austral del continente americano) y amanecer en el Canal Bárbara para tomar un rico desayuno entre los soplos de las Ballenas Jorobadas. Ya el hecho de salir del camarote y encontrarse con estos grandes mamíferos hizo entender a nuestros pasajeros que éste es un lugar único. Luego del desayuno comenzamos los preparativos para nuestros primeros buceos del viaje, la idea es comenzar con algo sencillo para probar bien las cámaras, los equipos, acostumbrarse al agua fría y regular la flotabilidad al bucear con los trajes secos. Costó un poco encontrar el punto de equilibrio para el lastre pero justamente es por ello que ese primer buceo lo hacemos a poca profundidad y nos tomamos el tiempo para ajustar bien todo y así podamos estar cómodos una vez que rompamos el techo del agua y descendamos a las profundidades patagónicas.
Nuestro primer buceo fue bordeando un bosque de algas gigantes donde pudimos ver una gran variedad de especies y nadar entre las algas en un buceo que te hace sentir que vuelas en medio de un bosque misterioso en el que sólo escuchas tus burbujas. De regreso a nuestra embarcación el zodiac navegó entre los soplos de las ballenas sorteando la gran corriente que se genera en el canal producto de los cambios de mareas, los albatros y petreles, e incluso un par de cóndores andinos, que curiosos nos dan la bienvenida.

Foca Leopardo (Hydrurga lepto)

Durante los primeros dos días nos quedamos en la zona del Canal Bárbara y Paso Shag explorando algunas islas, buceando, fotografiando la vida salvaje del lugar y empezando a concretar uno de los principales objetivos de la Expedición que era el muestreo del agua en búsqueda de micro plásticos. Por las noches se hacía el análisis de las muestras en un potente microscopio, y para nuestra sorpresa, esas primeras muestras sí contenían fibras de micro plástico y en una densidad bastante significativa. Había tenido la oportunidad de conversar con varios científicos y científicas cuyo trabajo investigativo iba en esta línea, también que generalmente (cerca del 99% de las veces) las muestras sí arrojan micro plásticos pero es totalmente diferente cuando las muestras se obtienen frente a tus ojos y te transformas en un testigo presencial del impacto del descuido del ser humano hacia los ecosistemas, en particular los océanos.

Análisis de muestras de agua en búsqueda de micro plásticos

Nuestra siguiente parada nos llevó a cruzar el Paso Shag y navegar por el Seno Helado para llegar a los pies del glaciar Sarmiento de Gamboa, que cae al mar desde las alturas de la isla Santa Inés, contiguo al Glaciar Helado. En este lugar vimos cormoranes imperiales (Leucocarbo atriceps) y gaviotines sudamericanos (Sterna hirundinacea) entre muchas otras aves que habitan el lugar. Ahí entre témpanos, cascadas y la compañía de las aves, seguimos nuestras tareas de muestreo, las cuales para mayor sorpresa nuestra, también tenían cantidades de micro plásticos. Si, en el mismo glaciar, en medio de la nada, el agua del océano tiene fibras de polyester y pequeños fragmentos plásticos.

Glaciares Sarmiento de Gamboa (der.) y glaciar Helado (izq.)

Por nuestra parte nunca hemos dejado de asombrarnos con la diversidad de paisajes que exhibe nuestra costa patagónica, pero eran nuestros pasajeros los que se mostraban más sorprendidos y alucinados, nunca imaginaron que esta expedición los llevaría a recorrer estos mágicos rincones del planeta que por milenios fueron habitados y recorridos por el pueblo canoero Kawésqar.
Nuestra planificación de la ruta indicaba que la próxima parada de nuestra navegación sería el Seno Ballena que en su segmento final desemboca en el Glaciar Santa Inés y en cuyas aguas había tenido la oportunidad de avistar una gran familia de Orcas (Orcinus orca), nuestros pasajeros decían que con lo que habían visto estaban más que satisfechos pero insistí en que la navegación valdría la pena porque el lugar es geográficamente muy especial y sus paisajes helados regalan vistas únicas.

Lobos finos australes (Arctocephalus australis)

La navegación hacia el Seno Ballena nos devuelve a las aguas del Estrecho de Magallanes donde seguimos navegando acompañados de las Ballenas Jorobadas, lobos marinos, delfines y aves para luego ingresar a las aguas del fiordo y navegar hasta un sector de bajeríos donde se puede ver la morrena glaciar que deja un paso de muy baja profundidad e impide el paso de nuestra embarcación. Ahí es donde bajamos nuestro zodiac y con los trajes de buceo puestos navegamos para alcanzar la base del Glaciar Santa Inés que se encuentra en un sector donde el fiordo gira en 90º hacia el NE y que por el SW descarga un sinuoso río que baja desde los otros glaciares que se encuentran en las alturas de la isla. En este lugar, nuestra Madre Tierra nos tenía reservada la mayor sorpresa de nuestra Expedición, cuando navegábamos hacia la pared del glaciar, sobre una roca en la costa del fiordo, divisamos a una foca leopardo (Hydrurga leptonyx) descansando y con mucho respeto y cuidado, nos acercamos hasta quedar a pocos metros de ella y poder fotografiarla. En ese mismo momento nuestros pasajeros celebraban el avistamiento señalando que éste sin duda era uno de los puntos altos del viaje. Para mi fue una total sorpresa encontrar a esa foca en este lugar, yo pensé que serían las Orcas la sorpresa final en el Seno Ballena, pero la suerte dijo otra cosa y nos regaló este avistamiento que en el caso mío, era primera vez que veía una foca leopardo.

Foca Leopardo (Hydrurga lepto)

Al volver a nuestra embarcación las noticias del meteo no eran buenas, y para evitar tener que hacer una navegación con malas condiciones, tomamos la decisión de pasar la noche en la entrada del Seno Ballena para zarpar de madrugada hacia el Cabo Froward e intentar un último buceo y muestreo de agua en los alrededores de Bahía Bouganville que nos recibió con una familia de delfines saltando y nadando alrededor de nuestro zodiac apenas descendimos de la embarcación. Ése sería el cierre perfecto para una Expedición que demandó un esfuerzo muy grande para poder concretarla, entre el cierre de fronteras por el COVID, las restricciones de movilidad y para entrar al país para ciudadanos extranjeros no residentes, e incluso las vicisitudes del clima patagónico, tuvimos que sortear grandes obstáculos, pero que nos confirman que siempre valdrá la pena, sin importar el esfuerzo, insistir en nuestras Expediciones de Buceo, Turismo y Ciencia a los fiordos del Fin del Mundo.

Glaciar Santa Inés, Seno Ballena

Dedicamos nuestros agradecimientos y esta columna a la tripulación de la L/M Exploradores Patagonia II, Cati (capitán), Gurka, Pin y Bo que nos apoyaron con su impecable profesionalismo y buena onda, a nuestro Divemaster Cristóbal, a Fundación Prisma Austral que nos apoya con la logística y a nuestros pasajeros, especialmente a nuestro amigo Kip que fue quien más insistió y ganas puso en este proyecto.


Rodrigo Sánchez Grez
Patagonia Liveaboards / Buceando Chile

Cabo Froward, Estrecho de Magallanes
Preparados para ir al agua a nadar entre los témpanos que caen del Glaciar Santa Inés
Seno Ballena y Glaciar Santa Inés
Cristóbal y Rodrigo Sánchez, guías de buceo de Patagonia Liveaboards
Cabo Froward, Estrecho de Magallanes
Fondeo en Canal Bárbara
Glaciar Sarmiento de Gamboa en Seno Helado